Si amas la compañia de Jesus, debes soportar a los Judas, Retiro Pastores 2010 Santiago Atitlan.
martes, 10 de agosto de 2010
DAMASCO (parte II)
jueves, 5 de agosto de 2010
DAMASCO
I. Damasco en la Edad Patriarcal (ca. 1850–1600 a. de J.C.). La primera mención del distrito (Apum) en el cual la antigua ciudad estaba ubicada ocurre en los *Textos de Execración que datan ca. 1850–1825 a. de J.C. y pertenecen a la primera mitad del reinado del faraón Amenemhet III (ca. 1837–1789 a. de J.C.). El distrito de Apum es bien conocido como Api (Upe) de las Cartas de Amarna como la designación de un territorio (matu) en el cual Damasco estaba situado. El nombre Apum también está registrado por otras tres generaciones después de los Textos de Execración en las *Tabletas de Mari de Tell el-Hariri en el Eufrates medio, descubiertas en 1936. Este antiguo nombre de la región damascena viene aparentemente de la palabra acadia apum más tarde apu (a menudo escrita abi o api) denotando “matorrales o malezas de juncos (cañuela)”. Esta es una descripción singularmente apropiada para el oriente damasceno, una región que los árabes llaman El Merj (“la tierra de la pradera”), la que está dotada con lagos y pantanos llenos de juncos.
El nombre de Damasco en el tiempo de Abraham, ca. 2.000 a. de J.C., era probablemente Mesheq, como aparentemente lo sugiere la difícil referencia de Génesis 15:2, 3. La reconstrucción del texto por W. F. Albright de este pasaje es así: “Y el ‘hijo de mi casa’ presumible heredero es el ‘hijo de Mesheq’, (habitante de Mesheq), el cual es Damasco … y he aquí el ‘hijo de la casa’ será mi heredero.” (Véase Merrill F. Unger, Israel and the Arameans of Damascus, London, 1957, pág. 4).
II. Damasco Bajo el Control Egipcio (ca. 1475 a. de J.C.). La ciudad se menciona primeramente en forma extra-bíblica entre las conquistas asiáticas del gran constructor del imperio, Thutmose III (1490–1436) en sus anales preservados en el templo de la gran Karnak de Amun, en Tebas. La ciudad aparece como Timasku, trece en el orden de la enumeración de las ciudades-estados siro-palestinas tomadas por la “primera campaña victoriosa” de Thutmose, cuando Meguido, la fortaleza clave en Esdraelón cayó bajo el control egipcio.
III. Damasco en la Edad de Amarna (ca. 1375 a. de J.C.). Las *Cartas de Amarna, descubiertas en Egipto en 1886, nos introducen a una revuelta contra el control egipcio de Siria en la región general de Upe y suministran un vistazo íntimo del status político de Damasco y de las ciudades-estados contiguas de este tiempo, especialmente Qatna, al sur de Hamath en el Orontes. El rey Akizzi de Qatna, cuyo dominio colindaba en el norte con Damasco, pagaba alto tributo por la lealtad de Damasco al faraón Amenhotep IV (ca. 1375–1370 a. de J.C.) ya que él usa esta fidelidad como una medida de comparación para aquella de su propio reino: “O Señor, como Damasco al Timashgi en la tierra de Upe ina mat Upe es fiel al faraón así Qatna de igual manera es leal” (EA 53:63–65).
Biriawaza, el representante del gobierno egipcio en Upe y Damasco, empleó a *habiru (soldados mercenarios) para mantener la autoridad de su país en esta región (EA 195:27 y sigtes.). Sihabía rey en Upe, como parece claro de los textos de *Boghazkoy (E. F. Weidner, Politische Dokumente aus Kleinasien Boghazkoi-Studien, Helt 8, pág. 14 líneas 40 y sigtes.) no se menciona en las Cartas de Amarna. Biriawaza, al contrario, fue aparentemente un príncipe o noble de Mitani (un reino de Mesopotamia) relacionado de alguna manera por matrimonio con la familia real egipcia, como era común en ese período.
"Foto Damasco Modena" Fuente:Charles F. Pfeiffer. Dictionary of Biblical Archaeology
miércoles, 4 de agosto de 2010
Galilea en la Epoca del Señor (parte I)
"Galiea de los Gentiles" Mateo 4:15 "Galilea de los Gentiles" Mateo 4:15 toda esta parte estaba habitada en gran parte por Gentiles; fenicios, sirios, árabes y griegos, es extraño como prevalecía el elemento pagano en muchas de estas ciudades con las que estamos familiarizados gracias al Nuevo Testamento. Tiberias, que dio su nombre al lago, era de origen reciente en tiempos de Cristo, habiendo sido construida por el tetrarca Herodes Antipas (el Herodes de la historia evangélica), y recibió su nombre en honor del emperador Tiberio. Aunque recibido de su fundador muchos privilegios, como casas tierras para sus habitantes y exención de impuestos, manteniéndose esto en vigor bajo Vespasiano después de la guerra judía.
“Si alguien quiere enriquecerse, que vaya al norte; si desea adquirir sabiduría, que venta al sur” Este era el dicho el que el orgullo rabínico distinguía entre la riqueza materia de Galilea y la supremacía de erudición tradicional que pretendían las academias de Judea propia. Pero no paso mucho tiempo antes que Judea perdiera esta dudosa distinción, y que sus escuelas peregrinaran hacia el norte, acabando estableciéndose junto al lago de Genesaret, y en aquella misma ciudad de Tiberias que antaño había sido considerada como inmunda! Ciertamente, la historia de las naciones registra el juicio de las mismas; y es extrañamente significativo que la colección autoritativa de la ley tradicional judía, conocida como la Misná, y el llamado Talmud de Jerusalen que forma su comentario palestinense, salieran finalmente de lo que fue oficianlmente una ciudad pagana, construida sobre el emplazamiento de unos viejos y olvidados sepulcros, luego de la reconstrucción que hiciera Herodes sobre un cementerio, Pero en tanto que Jesuralen y Judea fueron el centro de la erudición Judia, no había términos de menosprecio suficientemente duros para expresar el arrogante desdén con el que un rabinista normal consideraba a sus correligionarios del norte. Las despreciativas palabras de Natanael (Juan 1:46) “De Nasaret puede salir algo bueno?” , suenan a un dicho común de este periodo; y la reprensión de los fariseos a Nicodemo (Juan 7:52) “Escudriña y ve que de Galilea nunca ha surgido ningún profeta”, fue salpicada con la burlona pregunta “Acaso eres tu también galileo?” No se trataba meramente de una superioridad cociente, como la de los “de la ciudad” como solían ser llamados los habitantes de Jesuralen, se decía que exhibían comúnmente ante sus “primos de campo” y todos los demás, sino un desprecio ofensivo, expresado a veces con una zafiedad casi increíble., con una ausencia total de delicadeza y de caridad, pero siempre con mucha y piadosa auto afirmación. La frase “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres” (Lucas 18:11) parece el aliento natural del rabinismo en compañía de los iletrados, y de todos los que eran considerados inferiores intelectuales o religiosos, y la historia parabolica del fariseo y del publicano en el evangelio no es contada por la especial condena de aquella oración, sino como característica de todo el espíritu del fariseismo, incluso al acercarse a Dios. “Esta gente que no conoce la ley (esto es, la ley tradicional), son unos malditos” esta frase era el brusco sumario de la estimación que tenían los rabinos de la opinión popular. Llegaba a tal grado que los fariseos hubieran deseado excluirlos no solo de las relaciones normales, sino de la capacidad de dar testimonio, y que incluso aplicaran al matrimonio con ellos un pasaje como Deuteronomio 27:21.