viernes, 10 de septiembre de 2010

Cartas del Nuevo Testamento


En el canon protestante del Antiguo Testamento, ninguno de los treinta y nueve libros aparece en la forma de carta. Entre los libros deuterocanónicos, la Carta de Jeremías a veces aparece en la lista como un libro separado y no como el capítulo sexto del libro de Baruc. En los escritos del Antiguo Testamento, sin embargo, con frecuencia se hace referencia a cartas (2 S 11.14-15; 1 R 21.8-10; Jer 29.1-23); y en las secciones en arameo del Antiguo Testamento existen cartas enteras (Esd 4.7-22; 7.11-26). Las secciones en griego del Antiguo Testamento también contienen algunas cartas (1 Mac 10:18-20, 25-45; 2 Mac 1.1—2.18; 5.10-13;8.21-32; Est 13.1-7; 16.1-24).

Los arqueólogos han descubierto miles de antiguas cartas del antiguo Cercano Oriente, escritas en tablillas de arcilla, en ostraca (piezas de vasijas quebradas) y en papiros. La mayoría de estas cartas, así como las del Antiguo Testamento, son de carácter político.

Quienes leen más de una traducción de la Biblia en español, pueden notar que algunas traducciones llaman a los escritos de Pablo «cartas» (VPEE, LPD), y otras los llaman «epístolas» (RVR-95). La misma distinción se hace en las traducciones en inglés; algunas versiones usan la palabra inglesa epistle, de la palabra griega para «carta» (KJV, Moffatt), y otras usan directamente letter, la palabra inglesa para «carta» (TEV, NRSV, REB, NJB). De modo semejante ocurre en francés; algunas traducciones usan la palabra francesa épître (TOB) y otras usan la palabra francesa lettre (FRCL). Aparentemente «carta» y «epístola» son sinónimos.

Pero, ¿lo son realmente? La mayoría de los lectores probablemente diría que «carta» es lenguaje común y que «epístola» es un nivel de lenguaje más elevado, pero que no hay intención de hacer una distinción particular en el significado. Sin embargo en la erudición bíblica a nivel técnico sí hay una diferencia, la cual puede rastrearse hasta el trabajo del erudito alemán Adolf Deissmann (1866-1937) hace más de cien años.

En el tiempo cuando Deissmann escribió, los eruditos estaban en el proceso de estudiar miles de cartas privadas escritas en papiros, descubiertas recientemente en las secas arenas de Egipto.

Estas cartas eran cartas personales, y vinieron a mostrarnos cómo era este género durante los primeros dos siglos d.C. Antes del tiempo de Deissmann, muchos cristianos pensaban que las cartas de Pablo eran documentos eternos. Pero Deissmann demostró, mediante la comparación de las cartas de Pablo con las cartas seculares de Egipto, que las cartas de Pablo eran como otras cartas de su tiempo. Se trataba de documentos privados, ocasionales, escritos sin intención literaria, enviados en lugar de una visita personal es decir eran cartas. En cambio las epístolas, de acuerdo con Deissmann, eran documentos literarios con conciencia pública, escritos para una amplia audiencia, y solo eran semejantes a las cartas porque se dirigían a un destinatario.

Sin embargo, la distinción entre «epístolas» y «cartas» no puede aplicarse estrictamente a los escritos de Pablo. Se trata de verdaderas «cartas» porque son dirigidas a una audiencia específica y son de naturaleza personal. Pero a la vez son «epístolas» porque Pablo tuvo la intención de que sus cartas (al menos algunas de ellas) fueran leídas por una audiencia más amplia. Así por ejemplo, Pablo escribió a los cristianos en Colosas: Después de haber leído ustedes esta carta, mándenla a la iglesia de Laodicea, para que también allí sea leída; y ustedes, a su vez, lean la carta que les llegue de allá (Col 4.16, DHH).
Fuente : Descubre la Biblia

No hay comentarios: